El divorcio de los padres es un proceso complejo y desafiante que puede dejar una profunda cicatriz en el corazón de un niño. Cuando los padres se separan, los niños a menudo experimentan una montaña rusa de emociones: pueden sentirse confundidos, tristes, enojados, culpables o incluso aliviados.

Los niños necesitan espacio para expresar lo que sienten sin temor a ser juzgados o rechazados. Necesitan saber que no son responsables del divorcio o la separación y que no están solos en sus sentimientos.
Esta situación puede provocar una sensación de pérdida de estructura y familiaridad en la vida de un niño. Aunque el término «duelo» a menudo se asocia con la pérdida de un ser querido, también se aplica al proceso de adaptación y ajuste a cualquier cambio significativo en la vida, como son los divorcios, en los que los niños necesitan tiempo y apoyo para procesar sus emociones y encontrar una forma de avanzar.
Como duelo que es, no hay un plazo específico para sobreponerse, cada niño es único y tiene su propio ritmo de recuperación. Sin embargo, es crucial que los padres y otros adultos significativos estén presentes para ofrecer consuelo, orientación y apoyo emocional durante este tiempo.
Emociones y Comportamiento
- Tristeza y confusión: al no entender por qué está sucediendo o sentirse culpables de alguna manera.
- Miedo al abandono: si sienten que uno de sus padres los está dejando o si hay conflictos significativos durante el proceso de separación.
- Ansiedad y preocupación: preocuparse por dónde vivirán, si seguirán viendo a ambos padres con la misma frecuencia o si perderán otras relaciones importantes, como con los abuelos u otros familiares.
- Ira y resentimiento: pueden experimentar resentimiento hacia uno o ambos padres, especialmente si perciben que uno de ellos fue el causante del divorcio.
- Cambios en el comportamiento: volverse más retraídos, irritables, agresivos o regresivos en su desarrollo.
- Problemas académicos o sociales: mostrando un rendimiento académico disminuido o pueden tener problemas para relacionarse con sus compañeros debido al estrés emocional que experimentan.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la edad del niño, su temperamento, la naturaleza del divorcio y el apoyo que reciban de sus padres y otros adultos significativos. Es crucial estar atentos a las señales de angustia emocional en los hijos y proporcionar el apoyo y la orientación necesarios para ayudarles a sobrellevar esta situación.