En la era actual, los jóvenes se encuentran inmersos en un vertiginoso mundo tecnológico, enfrentándose a una constante y desafiante evolución de herramientas digitales. Esta vorágine, cada vez más exigente, impacta de manera significativa en nuestras vidas, planteando nuevos desafíos y demandas que requieren una comprensión profunda por parte de los expertos en psicología juvenil.
En este contexto, resulta crucial explorar la relación entre el uso de pantallas y la práctica de la lectura, dos elementos fundamentales que moldean el desarrollo y crecimiento de nuestros jóvenes.

¿Cuáles son las implicaciones de las pantallas y la lectura para su desarrollo intelectual y social?
Se ha demostrado que la lectura frecuente de textos literarios, con un propósito recreativo, se asocia a niveles altos de competencia en los ámbitos matemático, lingüístico y científico (Gil, 2011). Y con propósito recreativo se refiere a la lectura que se realiza al margen de las actividades académicas, por propia decisión y con libertad de elección del material.
Y esto tiene sentido, pues el informe Pisa 2011 concluye que aquellos jóvenes que diariamente leen por placer obtienen mejores rendimientos en su prueba sobre lectura, matemáticas y ciencias. (OECD, 2011; en Valdés, 2013).
El uso de ordenadores y los móviles, sin embargo, no exige el mismo grado de atención, ni de inferencia, interpretación o integración de ideas como lo hace la lectura, y su uso afecta de manera negativa a la competencia lectora.
En la era digital, tanto la televisión como internet han conquistado el preciado tiempo de los niños y adolescentes, desplazándolos de sus actividades recreativas. Si echamos un vistazo alrededor, podemos observar cómo, cada vez hay más niños en sus carritos con el móvil en la mano. No se trata de un juicio, sino de una observación, de querer haceros parar a reflexionar sobre las consecuencias de esto. Es comprensible que a veces se pueda tratar de supervivencia, no lo dudo, pero se pueden valorar otras opciones.
Hoy en día se hace cada vez más difícil la introspección, la atención, el esfuerzo, el autoanálisis y la serenidad, así como el saber estar «a solas» con uno mismo. Hay un foco en los estímulos dependientes de las sensaciones y se descuidan los estímulos ligados al pensamiento.
No deja de ser curioso cómo los programas de televisión son el escenario de las vidas de muchos de nuestros niños y adolescentes. Es lamentable ver que la mayoría de estas representaciones carecen de autenticidad y mérito, pues no tienen fundamentos sólidos, sino conflictos superficiales, escándalos efímeros o infidelidades.
Es muy preocupante cómo estas dinámicas pueden influir en la autoestima y la percepción del valor propio de nuestros jóvenes.
¿Y los videojuegos?
Aquí hay que hacer un pequeño matiz, pues el estudio de Sedeño (2010) indica posibles beneficios de su uso sobre el rendimiento escolar. Obviamente, no podemos referirnos a cualquier videojuego, sino a los que este autor se refiere: los que abordan la estrategia, la aventura, la simulación o el rol, puesto que desarrollan capacidades como la reflexión, el razonamiento estratégico y táctico o la agilidad mental.
Entonces ¿Qué podemos hacer?
Educar a los pequeños en un espíritu crítico ante los contenidos mostrados en los medios, no dejarse llevar por el supuesto “éxito” de ciertas series, hablar con ellos sobre los programas y las películas y orientarlos cada vez que se pueda, o promover otros pasatiempos.
El politólogo italiano Giovanni Sartori deja las siguientes afirmaciones respecto a las pantallas:
- El niño/niña formado en la imagen se reduce a ser un hombre/mujer que no lee.
- Ese adulto sólo responderá a estímulos audiovisuales.
- El acto de ver está atrofiando la capacidad de entender.
- La reflexión requiere tiempo y reposo
¿Qué opináis?
Bibliografía
Gil, J. (2011). Hábitos lectores y competencias básicas en el alumnado de educación
secundaria obligatoria. Educación XXI, 14(1), 117-134.
Sedeño, J. (2010). Videojuegos como dispositivos culturales: las competencias espaciales en educación. Comunicar, 17(34), 183-189.
Valdés, M. (2013). ¿Leen en forma voluntaria y recreativa los niños que logran un
buen nivel de Comprensión Lectora? Ocnos, 10, 71-89. Recuperado de http://www.
revista.uclm.es/index.php/ocnos/article/view/330
Lo comparto con amistades con hijos, es muy breve y conciso aunque tremendamente difícil recomendar a un niño o adolescente el videojuego que más le convenga, ya que ellos juegan en línea y eso supone que compran el que tienen los demás, para relacionarse en ese nuevo entorno (virtual) tan ajeno a nosotros.
Hola María. Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente es complicado el tema de los videojuegos online, da para largo y lo podemos abordar en otra entrada de blog. Un saludo.