El Trauma y su Impacto en los Niños (I)

Los traumas en los niños pueden tener consecuencias muy nocivas en ellos. Por ejemplo, cuando los padres se separan, especialmente si la separación es conflictiva, puede haber un impacto significativo que puede manifestarse de diversas formas dependiendo de varios factores: edad del niño, personalidad, el grado de conflicto entre los padres y el nivel de apoyo emocional que reciban durante y después del proceso de separación.

El trauma puede manifestarse en una variedad de síntomas emocionales, conductuales y psicológicos. Estos pueden incluir ansiedad, depresión, problemas de comportamiento, dificultades académicas, problemas de relación con los padres y otros adultos, así como sentimientos de culpa, confusión y abandono. El trauma puede persistir incluso en la adultez y afectar la forma en que los niños desarrollan relaciones interpersonales y a su propia autoestima. Incluso puede intensificar lo que se conoce como idealización paradójica.

¿Qué es la idealización paradójica?

La idealización paradójica es un fenómeno psicológico en el cual una persona idealiza a otra o a una situación, atribuyéndole cualidades positivas o perfectas de manera exagerada, a pesar de que la realidad pueda mostrar lo contrario.

Es un fenómeno sutil, tan arraigado en la psique humana que a menudo pasamos por alto sus implicaciones en nuestras vidas, especialmente en el terreno de las relaciones de pareja y los hijos de éstas. Es como si le pusiéramos lentes de color rosa a la situación/persona, ignorando los problemas reales.

Puede tornarse especialmente nociva cuando uno de los progenitores, por ejemplo, se revela como una parte tóxica dentro de la dinámica familiar (esto puede ser: manipulación, gritos, agresiones física y verbales, abuso sexual, etc.). Los niños, siendo esponjas emocionales, absorben el ambiente que los rodea y pueden sufrir traumas profundos.

La figura del progenitor tóxico empaña el vínculo parental y deja cicatrices emocionales en sus hijos, y éstos, atrapados en un torbellino de emociones y lealtades divididas, enfrentan una batalla interna entre su amor innato por ambos padres y la necesidad de protegerse a sí mismos de la toxicidad que emana de uno de ellos.

¿Qué hace la idealización paradójica?

La idealización paradójica puede actuar como una tabla de salvación ilusoria para los hijos, ofreciéndoles un refugio ficticio donde los padres son perfectos y las relaciones son idílicas. Pero esta fantasía es frágil y efímera, destinada a desmoronarse frente a la cruda realidad. Es un mecanismo de defensa que se aplica cuando la realidad no nos conviene, nos lastima, nos hace vulnerables, e incluso nos angustia.

Por lo tanto, es crucial reconocer la dualidad inherente a la idealización paradójica. Aunque inicialmente puede brindar una sensación reconfortante de perfección y plenitud en una relación, ésta tiende a ignorar o minimizar las imperfecciones, conflictos y desafíos de cualquier relación humana. La realidad se impone con el tiempo y puede conducir a la decepción, la frustración y la disonancia entre las expectativas y la experiencia real.

¿Qué consecuencias tiene?

A corto plazo, los niños pueden experimentar confusión emocional al tratar de reconciliar la discrepancia entre la idealización de sus padres y la realidad de la situación traumática o conflicto. Puede ser una forma de hacer frente al estrés y la ansiedad relacionados con estas situaciones, pero también puede generar ansiedad adicional si la realidad no coincide con la imagen idealizada.

La tendencia a idealizar a los padres puede influir en la forma en que los niños perciben y se relacionan con otras personas en su vida, pudiendo dificultar el establecimiento de relaciones saludables y realistas.

A largo plazo, los niños que han experimentado idealización paradójica en sus relaciones parentales pueden llevar este patrón a sus relaciones amorosas en la adultez. Esto puede manifestarse en la tendencia a idealizar a las parejas románticas e ignorar las señales de advertencia o los problemas reales en la relación.

La discrepancia entre la imagen idealizada de los padres y la realidad puede socavar la autoestima de los niños a lo largo del tiempo, especialmente si experimentan decepciones repetidas al enfrentarse a la realidad.

Y finalmente, puede dificultar el desarrollo de habilidades para manejar conflictos de manera saludable en las relaciones amorosas y en otros ámbitos de la vida.

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