Problemática de los Videojuegos Online. Estrategias para padres.

Los videojuegos online se han convertido en una parte integral de la vida de muchos niños y adolescentes. Si bien estos juegos ofrecen experiencias de entretenimiento y sociabilidad, también presentan desafíos psicológicos que merecen atención por parte de padres y/o tutores legales.

Los videojuegos online presentan una gran diferencia respecto al resto de videojuegos. Mientras que ambos comparten el objetivo común de proporcionar diversión y desafíos, las diferencias fundamentales entre estos dos conceptos van más allá. Por ejemplo, el anonimato.

Esta característica de los videojuegos online, proporciona a los jugadores la libertad de expresar sus opiniones de manera más abierta y sin temor a represalias, lo que puede fomentar la participación en discusiones y contribuir a la creación de comunidades virtuales diversas.

Pero esta capacidad de permanecer de manera anónima puede dar lugar a un comportamiento más impulsivo y desinhibido, pues los jugadores pueden sentirse menos responsables de sus acciones cuando están detrás de un nick de usuario, y esto puede dar lugar a conductas agresivas, provocativas o irrespetuosas.

Y es en este punto que llegamos al ciberacoso, una preocupación significativa en el entorno de los videojuegos online. Las personas pueden ser víctimas de insultos, hostigamiento o discriminación, lo que puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y psicológico.

Las habilidades sociales en línea, además, son muy diferentes de las habilidades sociales tradicionales. Se pueden interpretar las señales sociales y emocionales en un entorno virtual, de una manera que no es apropiada para poder establecer relaciones significativas fuera del mundo digital.

Por ello, analizamos los riegos que pueden darse, así como qué estrategias se podrían llevar a cabo por los padres.

Riesgos

A pesar de que los videojuegos, tal como comentábamos en la publicación anterior, ofrecen una serie de beneficios, también tienen su lado oscuro, planteando unos desafíos que requieren una atención cuidadosa por parte de los padres, principalmente.

  • Adicción y Aislamiento Social

La inmersión prolongada en videojuegos online puede llevar a la adicción, afectando el equilibrio entre las actividades virtuales y la vida diaria. Además, el aislamiento social puede surgir cuando los niños y adolescentes prefieren la interacción digital sobre las relaciones cara a cara. Esto puede afectar negativamente su desarrollo social y emocional.

  • Contenido Inapropiado y Desensibilización

Algunos videojuegos presentan contenido violento o inapropiado, lo que puede desensibilizar a los jóvenes a la violencia y afectar su percepción de la realidad. La conexión entre la violencia virtual y la agresión real en una exposición constante a situaciones conflictivas puede influir en la percepción de los jóvenes sobre la resolución de problemas y la interacción social.

«Los que jugaban mucho a videojuegos violentos se volvían relativamente más agresivos físicamente» (Anderson et al., 2008).

  • Estrés y Ansiedad Competitiva

La competencia en línea puede generar estrés y ansiedad en los jóvenes, especialmente si se sienten presionados por el rendimiento o la aceptación social en el mundo virtual.

  • Deterioro del Sueño y Salud Física

El tiempo prolongado dedicado a los videojuegos online, especialmente durante la noche, puede afectar el sueño de los jóvenes. La falta de sueño adecuado se ha relacionado con problemas de salud mental, incluida la depresión y la ansiedad, así como problemas físicos como la obesidad.

  • Anonimato de la persona que está al otro lado

El anonimato que ofrecen los juegos online puede ser aprovechado por individuos con intenciones dañinas que buscan explotar la inocencia y vulnerabilidad de los jóvenes. Es el caso de los pederastas, personas que pueden hacerse pasar por compañeros de juego para establecer conexiones con menores con el fin de obtener información personal o iniciar conversaciones inapropiadas, si es que no va a peor.

Estrategias a llevar a cabo

  • Supervisión y Comunicación Abierta: La clave para abordar estos desafíos radica en la supervisión activa y la comunicación abierta entre padres e hijos. Crear un entorno donde los niños se sientan cómodos compartiendo sus experiencias digitales es esencial.
  • Establecer reglas y límites: deben ser claros, así como ser consistentes en su cumplimiento.
  • Participar activamente en los juegos para comprender su contenido: y también estar atentos a la actividad en línea de los jóvenes para detectar posibles situaciones de acoso o comportamiento inapropiado.
  • Fomentar conversaciones regulares sobre el impacto de los videojuegos en su vida.
  • Educación sobre Comportamiento en Línea: incluyendo la importancia de tratar a los demás con respeto y la responsabilidad asociada con el anonimato.
  • Desarrollo de Habilidades de Empatía: ayudando a los jóvenes a entender cómo sus palabras y acciones pueden afectar a otras personas, incluso en el ámbito virtual.
  • Promover el Respeto y la Tolerancia: Enseñando la importancia del respeto hacia la diversidad de opiniones y experiencias, promoviendo un entorno inclusivo y tolerante.
  • Apoyo en Caso de Acoso.

Cualquier duda que tengáis, podéis dejarnos un comentario más abajo. Estaremos encantados de contestaros en cuanto podamos.

Agradecimientos:

A María Galdón, por todo el increíble apoyo, la idea que me has aportadoy la confianza que has depositado en mí.

Bibliografía:

Anderson, C. A., Sakamoto, A., Gentile, D. A., Ihori, N., Shibuya, A., Yukawa, S., … & Kobayashi, K. (2008). Longitudinal effects of violent video games on aggression in Japan and the United States. Pediatrics122(5), e1067-e1072.

Gentile, D. A., Swing, E. L., Lim, C. G., & Khoo, A. (2012). Video game playing, attention problems, and impulsiveness: Evidence of bidirectional causality. Psychology of Popular Media Culture, 1(1), 62–70. https://doi.org/10.1037/a0026969

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