En la sociedad de hoy, andamos todos como detectives del placer rápido, ¡como si fuera un veredicto social! ¡y es que lo es! porque nos dicen que el placer inmediato es la vía hacia la felicidad. Y, ¿Cómo no? nos lanzamos de cabeza a la vorágine de las satisfacciones exprés como si fueran billetes dorados en una fábrica de chocolates. Pero, ¿en serio, hasta qué punto esta locura por el placer instantáneo es buena para nuestra salud mental? y, más crucial aún, ¿es auténtica o sólo una ilusión? ¡Vamos a desentrañar este misterio!
¿Cuáles son esos placeres inmediatos y efímeros?: pues esa chaqueta de zara que todo el mundo lleva pero que el año que viene ya no va a estar de moda, ese bolso que no necesitas, la compra del último modelo de móvil cuando el que tienes funciona perfectamente, incluso navegar por redes sociales buscando el entretenimiento rápido.
Desde tiempos inmemorables, los filósofos han reflexionado sobre la naturaleza del placer y la felicidad instantánea:
Séneca, el gurú de la felicidad tranquila. Para él, ser feliz era como tener una hamaca mental y decirle «ciao» a los deseos innecesarios, porque la ansiedad por el placer rápido es como ponerle turbo a un caracol: te pierdes las pequeñas alegrías cotidianas mientras persigues el placer inmediato. Es básicamente convertirse en esclavos de la búsqueda interminable y fugaz, ¡como perseguir un unicornio en el supermercado! Vamos, que la felicidad está en aceptar que la vida es así, con sus cosas buenas y malas.
Y qué decir del bueno de Sartre, lanzando perlas de sabiduría. Nos advierte que vivir sólo para el placer efímero es como comer todo el pastel de chocolate sin esperar a que se enfríe. Porque, según él, la verdadera felicidad no está en hacer lo que queremos, sino en querer lo que hacemos.
Hoy en día, nos bombardean con mensajes que básicamente nos dicen: «Oye, la felicidad está en las cosas rápidas y pasajeras, ¡dale al placer exprés!». Sobre todo con cosas que no son sanas para nuestro organismo. ¿En serio hay que tomarse un refresco al día para ser feliz?¿Para qué? ¿Conseguir esa chispa de la vida?. Ay, el marketing…nos crea necesidades irreales.
Resulta que ser el rey o la reina de la gratificación instantánea tiene su lado oscuro. De acuerdo con estudios, dejar para después la satisfacción (llámalo «gratificación retardada» si quieres sonar sofisticado) está relacionado con ser más resistente y tener un bienestar a lo largo del tiempo que ni te cuento. Por lo tanto, resistirse al placer instantáneo es como hacer ejercicio para la mente.
Os animo a desafiar ese placer inmediato, busquemos una comprensión más profunda de nosotros mismos y de lo que realmente nos brinda satisfacción. La auténtica felicidad puede encontrarse en aprender a valorar lo que ya poseemos, en la capacidad de disfrutar de lo simple, y en la disposición a experimentar la plenitud a través de la apreciación consciente del presente. La verdadera felicidad, al parecer, es como ese par de zapatillas de andar por casa que te pones al llegar a tu hogar o como encontrar un billete de cinco euros en ese pantalón que no te pones desde el año pasado.
Ojo, que esto no vale sólo para las cosas materiales, también se aplica para lo emocional, como querer que la pareja sea perfecta, pensar que tengo que ser igual que esa persona feliz de Instagram, etc. Pero esto da para mucho, ya lo hablaremos más adelante.

Toda la razón en cada palabra, gracias por compartir esto ayuda muchoooo…
Muy bueno, el placer exprés está a la orden del día, hay que valorar lo que tenemos más cercano a nosotros como pasar tiempo de calidad en familia y con amigos.
Muy interesante esta reflexión!!Nos preocupamos de más por conseguir ciertas cosas o emociones antes de prestar atención y cuidar los pequeños detalles del día a día!! Me ha ayudado leerte!💪🏼
Me ha encantado.Hoy la mayoría de la gente quiere tener de todo,sin esfuerzo,ahorrar primero, comprar después. Ahora si tú tienes. Yo más .Las cosas que se consiguen con tu esfuerzo son las que te Dan felicidad