¿Qué es el FOMO y cómo afecta a nuestros adolescentes?

En un mundo cada vez más conectado, ¿Quién no ha sentido ese pequeño pinchazo al ver una foto de amigos disfrutando de una fiesta en la que no estabas, o las vacaciones perfectas de alguien más? Ese sentimiento tiene un nombre: FOMO, del inglés Fear of Missing Out o «miedo a perderse algo». Aunque es un término reciente, su impacto es tan antiguo como el deseo humano de pertenecer.

Para los adolescentes, una etapa llena de emociones intensas y búsqueda de identidad, el FOMO puede convertirse en un compañero constante, especialmente en la era de las redes sociales. Pero ¿Qué es exactamente el FOMO, por qué ocurre y cómo podemos ayudar a nuestros jóvenes a lidiar con él?

¿Qué es el FOMO?

El FOMO es esa sensación de ansiedad que surge al creer que otros están teniendo experiencias más emocionantes, satisfactorias o significativas que tú. Es más que simple envidia; es un miedo profundo a quedar excluido socialmente o a no estar «en la onda». En los adolescentes, este sentimiento se intensifica porque están en una etapa crucial de formación social, donde la aprobación y pertenencia al grupo son primordiales.

¿Por qué ocurre?

El papel de las redes sociales: Plataformas como Instagram, Snapchat o TikTok están diseñadas para mostrar «lo mejor de nuestras vidas». Los adolescentes, al ver estas versiones «curadas» de la realidad, pueden sentir que su vida cotidiana es aburrida o insuficiente (las comparaciones son odiosas).

Cambios biológicos: Durante la adolescencia, el cerebro está en pleno desarrollo, especialmente en áreas relacionadas con las emociones y el sistema de recompensa. Los likes, comentarios y notificaciones activan una respuesta de dopamina, haciendo que quieran más y más interacción. Esto supone que no puedan parar de mirar, de compararse, de refrenarlo…si ya es difícil para los adultos, imaginad para alguien cuyo cerebro no está formado completamente hasta que cumple los 20 años.

Presión social y pertenencia: Ser parte de un grupo y «estar al día» con lo que sucede son necesidades casi universales en la adolescencia. No saber qué está pasando o sentirse fuera de lugar puede generar una sensación de exclusión que alimenta el FOMO.

¿Cómo les afecta?

Ansiedad y estrés: La necesidad de estar conectados constantemente para no perderse nada les puede llevar a un estado de alerta permanente.

Problemas de autoestima: Compararse con vidas aparentemente perfectas puede generar inseguridades y un sentimiento de insuficiencia.

Alteraciones en el sueño: Revisar sus redes sociales por este miedo hasta altas horas de la noche, supone sacrificar el descanso necesario para su bienestar y su desarrollo.

Desconexión del presente: Irónicamente, el miedo a perderse algo puede hacer que pierdan el momento presente, centrándose más en lo que no están haciendo que en lo que sí.

¿Cómo podemos solucionarlo?

  • Fomentar la autocompasión y el pensamiento crítico: Enseñarles que las redes sociales muestran una versión editada de la realidad puede ayudar a que dejen de compararse tan severamente con los demás.
  • Establecer límites saludables: Pactar horarios para el uso de dispositivos y fomentar el descanso adecuado.
  • Practicar la gratitud: Fomentar que los adolescentes se centren en lo positivo de sus propias vidas puede ayudarles a reducir la sensación de carencia o exclusión.

Un mensaje para padres y cuidadores

El FOMO es un gran desafío para los adolescentes, pero también una oportunidad para abrir conversaciones significativas sobre las emociones, la realidad detrás de las redes sociales y la importancia de la conexión auténtica. Como adultos, podemos ofrecerles herramientas para gestionar este sentimiento, ayudándoles a encontrar un equilibrio entre el mundo digital y el real.

El primer paso es escucharlos y acompañarlos, recordándoles que, aunque el mundo parezca girar rápido, su propio ritmo también es valioso. La tecnología, y la vida de hoy en día en consecuencia, va a una velocidad que nuestro cuerpo no está preparado para soportar, ni para realizar el cambio con tanta celeridad.

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